Las embarcaciones de vela son barcos propulsados por la acción del viento. Se utilizan desde hace al menos cinco mil años y constituyeron los primeros medios de transporte creados para recorrer grandes distancias por vías de agua.
En la actualidad su uso se restringe al carácter recreativo, deportivo y en algunas ocasiones educativo.
Estos son barcos muy físicos en su forma de conducción, por lo que resultan atractivos para los amantes de la navegación. No solo requieren destreza por parte del navegante, sino también una buena condición física y conocimiento profundo de su diseño, forma de propulsión y control.
Conoce a continuación algunos términos básicos para que puedas entender mejor cómo funcionan este tipo de embarcaciones:
Quilla
Este elemento es la columna vertebral de la embarcación, incluso si no la tienen a la vista, es considerada en el diseño. En un velero esta mejora el plano lateral y por lo tanto la estabilidad y la capacidad de maniobra.
Un buen diseño de la quilla hará que el velero requiera menos lastre, lo que mejora su velocidad y capacidad de maniobra.
Orza
Esta es básicamente una quilla liviana. No está todo el tiempo instalada y puede ser elevada para navegar en aguas no muy profundas; su elevación también sirve para mejorar la velocidad a favor del viento o para facilitar el transporte de la embarcación.
Forma de propulsión de un velero
A pesar de que el viento es la primordial fuente de empuje en estas embarcaciones, no lo es todo, de ser así no habría forma real de controlar el rumbo de una embarcación de vela. Cuando un velero está con viento de través, este viento recorre la curvatura de la vela.
Cuando el viento recorre de esta forma la vela, pasa por su parte convexa y al llegar a la parte más estrecha genera un empuje que lo acelera con respecto al viento que lo circunda, esto se conoce como sotavento.
Si el flujo del viento termina recorriendo la parte cóncava de la vela, llegando a su parte más ancha, pierde aceleración con respecto a la dirección original del viento y esto se conoce como barlovento.
Combinando estos dos efectos se puede controlar tanto la dirección como la velocidad del desplazamiento lineal. Si se logran equilibrar ambos efectos se tendrá la mayor velocidad que es capaz de dar la embarcación.
Por supuesto, valiéndose de la quilla, el quillote o la orza y del timón, se evita que el barco derive, se desplace lateralmente o navegue de costado y se disminuye la tendencia a inclinarse, mejor conocida como escora.
Estabilidad
Para navegar es importante que la embarcación de vela se mantenga estable. Esta estabilidad es la tendencia del barco a regresar a su posición inicial cuando se sale de ella por cualquier motivo, ya sea el viento o un oleaje.
Cuando se produce la escora intervienen dos fuerzas: la primera corresponde al propio peso de la embarcación, una fuerza en sentido vertical hacia abajo que actúa en el centro de masa de la misma y por otro lado está la flotación o sustentación, que se aplica en sentido vertical hacia arriba sobre el centro de la embarcación.
Un barco con buena estabilidad logrará retomar su postura inicial gracias a la combinación de estas fuerzas, lo ideal es que tenga el centro de masa bajo. Con esta finalidad en los barcos de vela se incluye un lastre o peso adicional en la quilla.
Si la estabilidad es mucha, ocasionará que el barco sea poco eficiente, por esto es importante lograr este delicado equilibrio entre lo estable y la capacidad de maniobra, claro está que todo dependerá del uso de la embarcación.
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